(Adaptación de la historia escrita por EL ARCIPRESTE DE HITA en 1330
que aparece en el Libro del Buen Amor).
Don Carnal era un hombre muy, muy divertido, al que le gustaba comer mucho,
sobretodo carne.También le gustaba bailar, cantar y disfrazarse.
Un día, mientras estaba celebrando un gran banquete con sus amigos, le llegó
una carta de Doña Cuaresma.
Doña Cuaresma, era una mujer seria, a la que le gustaba comer, especialmente
frutas y verduras,
y que odiaba los bailes y celebraciones de Don Carnal.
La carta decía:
Estimado Sr. Carnal:
Le comunico que la semana próxima llegaré a vuestra tierra, por lo que le
rogaría que durante mi presencia, evite las celebraciones, los bailes y
las comidas abundantes a las que está tan acostumbrado.
Por el contrario, ya sabe que debe comer frutas y verduras, y asistir a
misa cada domingo.
Si no está de acuerdo con mis peticiones, reuniré un gran ejército hasta su rendición.
Saludos,
Doña Cuaresma
Don Carnal no estaba dispuesto a aceptar sus condiciones, así que también reunió
a su ejército.
Cuando Doña Cuaresma llegó y vio que Don Carnal no quiso cambiar de idea, ambos,
con sus ejércitos, lucharon hasta que ganó Don Carnal. Sin embargo, Doña Cuaresma,
no se dio por vencida y después de la gran comilona que se había dado Don Carnal
con sus amigos, entró en la tienda y, mientras dormía, lo apresó y lo encarceló,
obligándole durante cuarenta días a comer fruta y verdura, y escuchar misa todos
los días.
Enfadado, Don Carnal pensaba cómo podía liberarse de aquello y, por fin,
un Domingo de Ramos, finge que está enfermo y consigue huir.
El Sábado de Gloria, don Carnal, al lado de su mejor aliado, don Amor,
de don Almuerzo y de doña Merienda, vuelve de nuevo a la ciudad sobre un
carro musical, mostrándose victorioso ante Doña Cuaresma.