Se escuchaba esta mañana por algún pasillo de la escuela, entre paredes y cristales, hasta llegar al alma.
Gracias, Cristina Bonsón, por hacer partícipes a nuestros alumnos de la belleza a través de la voz.
"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro". Así empieza el libro "Platero y yo", de Juan Ramón Jiménez. Y así se inicia este blog, como la primera página de un libro que, esperemos, se llena de palabras hermosas.
5 comentarios:
El canto Gregoriano es muy bonito.
JAVIER.
Lo escuchamos en clase de música
Obama
el canto gregoriano está bien pero no me gusta
Enrique
Me encanta el canto gregoriano
Irene Marco
Gracias, Cristina.
Clarius
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