Aprendo a mirar. Manuel Ruiz

Ricardo tiene un pequeño cuartito en el zoco de Córdoba donde crea maravillas. Es una zona del centro de Córdoba con patios y casas antiguas que se han preparado para que algunos artesanos y comerciantes puedan ofrecer su labor a los visitantes, además de sus productos.

Fue verle con esas barbas, esa mirada perdida entre maderas, su entorno, y el cuento de Pinocho, las sensaciones de un mundo infantil me envolvieron.

Su último acompañante, Tintín, es más moderno, pero transmite calidez y belleza. Le pedí permiso para captar unas fotografías mientras trabajaba. Está acostumbrado a los visitantes, sobre todo los niños se quedan mirando a través del ventanal que ilumina el taller.

No usé el flash, no quería estropear su magia. En el techo tiene unos fluorescentes y el ventanal ofrece una luminosidad extra.

Esperé a que los elementos principales estuvieran dentro del campo compositivo que tenía en mente, en primer plano los materiales de trabajo, las maderas, el cepillo; en el punto contrario de la composición Tintín mira hacia estos materiales que le han dado vida; finalmente, Ricardo se situó mientras trabajaba en el fondo de la imagen y el triángulo se formó. Sonríe en la fotografía, le gusta que los niños comenten que les gustan las marionetas y cada uno de los elementos que aparecen al fondo, algunos le preguntan sobre cualquier cosa y él responde sin dejar su trabajo. Espero que quienes se asomen a esta fotografía sientan la magia del taller del artesano y de sus creaciones.

Esto es lo que nos cuenta el fotógrafo sevillano Manuel Ruiz al presentarnos esta bellísima fotografía.

¿Qué título te sugiere?