4 de diciembre de 2013

Exposición de fotografía

Álvaro Iglesias


Es un fotógrafo gallego. Actualmente está estudiando en Dublín.

Nos cuenta lo siguiente:

Después de haber visto la película “La vida es bella”, organizamos un viaje a Auschwich.


Hacía un día nubloso, gris, triste. No sé si el tiempo pudo influir tanto, pero la verdad es que, gracias a ello, ya eras parte de “ese ambiente”. Empezamos en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau donde, nada más entrar, se podía leer un cartel que ponía: Arbeit macht frei (el trabajo hace libre)
El campo, rodeado de alambradas antiguamente electrificadas, estaba lleno de pequeñas casas numeradas donde podían dormir hasta 25 personas en una misma habitación. Esas paredes estaban impregnadas de tristeza, una tristeza que difuminaba cualquier ápice de esperanza o de ganas de vivir.
En el campo de concentración tenían apiladas montones de maletas olvidadas de los prisioneros que nunca llegaron a su destino. También había pelo humano, latas usadas del gas letal, prótesis ortopédicas, gafas, zapatos...Era un panorama sobrecogedor.

En el segundo campo de concentración, Auschwitz II-Birkenau, estaban los crematorios, los barracones y las cámaras de gas. A este campo de concentración los prisioneros llegaban en trenes y, una vez allí, serían seleccionados según su capacidad física. Engañaban a los prisioneros mandándoles a las duchas cuando, en verdad, iban a las cámaras de gas.
Entre esas cuatro paredes el horror que se vivió era inhumano. Algunos morían al instante, otros podían aguantar hasta 20 minutos. En el techo había una especie de agujeros por donde tiraban las latas de gas. También había una pared llena de arañazos de los prisioneros intentando salir desesperadamente de ese infierno.

Visitando Auschwitz verás cosas que nunca imaginarías que un ser humano haría y menos cuando ha ocurrido hace poco más de 50 años.









La exposición de estas fotografías se puede ver en el pasillo que hay junto a nuestra clase.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquiera entra ahí

MIGUEL A.S.

LAU ; ) dijo...


¡QUÉ TRISTE ! .


LAURA :´(

CLARA dijo...

Cuanta tristeza debieron de pasar los judíos.





Clara Jover Alcalá.

Raquel dijo...

Sólo la educación, la libertad y el respeto hacia todo y todos podría hacer que la humanidad no repita semejantes barbaridades.
Por desgracia siguen ocurriendo cosas parecidas en diferentes partes de nuestro querido mundo.
Abrid vuestras mentes, respetad a los demás quizá así conseguiremos que algún día dejen de pasar cosas como ésta.
Un poema que dió fuerzas a Nelson Mandela termina diciendo:
"Soy el amo de mi destino
Soy el capitán de mi alma."
En vuestras manos está vuestro destino y el del mundo.
Besos y abrazos mil.
Raquel.

Anónimo dijo...

No me hubiera gustado estar ahí como todos aquellos judíos.pobres, que mal lodebieron pasar cuando les empezaba a salir gas, y ellos ahí dentro pensando que se ibana ducherse o cuando morían de hambre. Un abrazo de Romeral.

Mª Jesús Lamora dijo...

Cuánta tristeza / qué mal /

Raquel: Tus comentarios son siempre bellísimos.

Oh, capitan, mi capitán.