14 de marzo de 2010

Miguel Hernández


6-


Al pequeño Miguel le gustaba mucho observar y encontrar la explicación de todas las cosas:

-¿Qué es aquello que brilla entre las hojas, padre?

-¡La luna, qué otra cosa iba a ser!

-¿Y esa voz que se escucha más allá de los árboles, madre?

-El viento, que silba entre las ramas.

De quien más cosas sabía era de la luna. La miraba desde la ventana de su cuarto las noches limpias y claras.

La veía sola y redonda en medio del cielo, enfriando el monte, alumbrando los caminos...





Escríbelo en un folio y dibújalo.

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