29 de octubre de 2017

Leyendas




"El monte de las ánimas". Gustavo Adolfo Bécquer


Se cuenta la leyenda que tiene lugar en el llamado Monte de las Ánimas, en Soria. Los templarios, guerreros religiosos, y los árabes disputaron una batalla en ese lugar; todo se llenó de cadáveres.
Desde entonces, se dice que en la Noche de las Ánimas la campana de la capilla suena sola y los espíritus de aquellos muertos despiertan.
Beatriz y Alonso, dos primos, mantenían una conversación pues tenían que despedirse. Él le regaló una joya y ella iba a regalarle una banda azul, pero se dio cuenta de que la había olvidado en aquel monte.
Su primo, intentando demostrar su valentía, a pesar del profundo miedo que le daba acudir allí en esa fecha tan especial, se puso en marcha a la búsqueda de la banda azul.
Aquella noche, mientras Alonso partía, Beatriz rezaba por su primo. Pasó una noche llena de terrores y pensamientos horribles. 
Al despertar vio que la banda azul se encontraba en su lecho, ensangrentada.
Alonso había sido devorado por los lobos y Beatriz murió austada al ver la banca.
Un cazador que pasó una noche en el monte asegura que vio a los espíritus de los templarios y nobles sorianos rondando por allí persiguiendo a una joven que daba vueltas alrededor de la tumba de Alonso.








El día llega a su final, las almas quieren recordar
la batalla de un monte que hoy es la tumba de aquella traición.

El capricho de una mujer que nunca debió conocer,
el deseo mortal de querer cumplir la promesa más fiel.

Cabalgando por aquel lugar, las ánimas gritan su nombre
lobos negros persiguen su piel, la muerte está bajo sus pies

Noche eterna en la habitación, lamentos llenos de dolor,
los fantasmas que nunca se van, ya es tarde para regresar.

Y por fin amanece
y todo más sueño parece que fue,
pero la banda azul la encontró manchada con sangre
donde cantaba su oración.

Cabalgando por aquel lugar, las ánimas gritan su nombre,
lobos negros persiguen su piel,
la muerte ya es parte de él.

La que fue víctima del horror hoy sigue sufriendo aquel mal,
convertida en un espectro más que vaga sin descansar.

La noche de los muertos puedes verla en aquel lugar,
persiguiendo sombras que van siempre dando vueltas
allí donde yace su amor.

Cabalgando por aquel lugar las ánimas gritan su nombre
lobos negros persiguen detrás, la muerte ya es parte de él.

Deseo mortal que no puedo olvidar.
Deseo mortal que no puedo olvidar.


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Y no puede faltar el cuento de Marieta.



"El grito", Munch






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