La música acompaña a la imagen. Y, si no lo crees, haz la prueba.
Imagina una escena tétrica, macabra, terrorífica. Piensa en un cuento especial, de los que te dejan temblando y casi sin respiración.
Por ejemplo, el de Marieta, que todos conocéis.
Y ponle esta música:
¿Verdad que da miedo, mucho miedo?
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