Este óleo sobre tabla del renacimiento, de 118 cm × 164 cm, que se exhibe en el Museo de Historia del Arte de Viena, Viena, Austria, de Pieter Brueghel el Viejo,
Este cuadro forma parte de un grupo que trata escenas campesinas.
Presenta el contraste entre dos aspectos de la vida: una posada en el lado izquiedo, para el goce, y la iglesia a la derecha, para la devoción.
Hay una parodia entre los que celebran el carnaval y los devotos que cumplen la cuaresma.
La multitudinaria escena representa a la derecha a unos niños que se están comportando correctamente, cerca de la iglesia con el símbolo de Trinidad.
A la izquierda aparece una posada con un barco en la bandera, y algunos bebedores de cerveza.
El carnaval parece estar representado por un hombre que está encima del barril de cerveza, con un pastel como sombrero y un espetón en vez de una lanza.
La cuaresma está simbolizada por la delgada mujer que se sienta sobre un reclinatorio, del que tiran un monje y una monja; lleva por sombrero una colmena, símbolo de la miel de la cuaresma, y porta una pala con dos arenques en lugar de lanza.
En una olla se observan alimentos típicos de la cuaresma: mejillones, pescados, galletas saladas.
En la parte superior aparece una casa amarilla al lado derecho y una serie de casas rojas a la parte izquierda.
El conjunto de la gente se reúne sobre una gran plaza. El pintor utiliza muchos colores diferentes para representarlos, lo que da contraste a la tela. La luz parece concentrarse en el centro, captando la atención del público. En el centro está el pozo, en el que se reúnen diversas partes de la comunidad (abajo a la derecha en torno a una mujer vestida de azul, abajo a la izquierda alrededor de un barril; a la izquierda los malabaristas y bailarines, así como un mostrador con pescados y dos carrozas que compiten.
Hay varios grupos de religiosos. Los de la derecha, delante de la iglesia, vuelven la espalda a la plaza, como si quisieran salir del cuadro. Sólo dos monjas están en el lado contrario. Los que quedan a la izquierda de la iglesia siguen esa dirección, volviendo la cabeza, sin ser atraídos por la fiesta.
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