21 de febrero de 2020

Los amantes de Teruel




La celebración de los Amantes de Teruel llenará este fin de semana las calles de Teruel.






La leyenda de los Amantes de Teruel procede de una antigua tradición.
En 1555 se descubrieron las momias enterradas en la capilla de San Cosme y San Damián. Junto a ellas apareció un documento antiguo que recogía el suceso.

Juan de Ávalos esculpió las estatuas yacentes bajo las que reposan ahora las momias. La fría serenidad de los Amantes, cuyas manos no llegan a juntarse, es símbolo de un amor que desborda los conceptos humanos.

Los restos de los Amantes se pueden visitar en el Mausoleo de los Amantes, anexo a la Iglesia de San Pedro de Teruel.




La leyenda

En los primeros años del siglo XIII vivían en la ciudad de Teruel Diego de Marcilla e Isabel de Segura, cuya temprana amistad se convirtió pronto en amor.

No querido por la familia de Isabel, debido a que carecía de bienes, el pretendiente consiguió un plazo de cinco años para enriquecerse. Así pues, partió a la guerra y regresó a Teruel justo cuando había expirado el plazo. Para entonces, Isabel ya era esposa de Don Pedro de Azagra.

Pese a tal hecho, Diego logró entrevistarse con Isabel en su casa y le pidió un beso; ella se lo niega y el joven muere de dolor.

Al día siguiente se celebraron los funerales del joven en San Pedro; entonces, una mujer se acercó al féretro: era Isabel, que quería dar al difunto el beso que le negó en vida; la joven posó sus labios sobre los del muerto y repentinamente cayó muerta junto a él.






Se esculpieron sus cuerpos al abrigo del amor,
se cerraron sus ojos por tan inmenso dolor,
y se unieron sus almas entre el duelo y la pasión,
cual sinceros amantes que lucharon por su amor.
Un suspiro el aliento de ese joven corazón,
una lágrima rota sobre Diego derramó,
fuera en vano el regreso, ingrato tras su dolor,
y ese beso negado que a la muerte les llevó.

Que mil tambores redoblan en su nombre
que al viento las campanas repiquen en su honor,
que en esta vida más dura es la agonía
de amores que se mueren
viviendo en desamor.

Cada día a la espera, desespera la ilusión,
con la eterna promesa por la que Diego partió,
Isabel de Segura teme que el mismo valor,
le haga preso en la lucha por la dote que buscó.

Fuera un tiempo cedida, al joven su ilusión,
para hacer fortuna de caudales y de honor,
tantos días pasaron que la joven consintió,
que Don Pedro de Azagra fuera su esposo y señor.

Que en esta villa perdura la hidalguía,
de aquel joven amante que, preso de amor,
perdió su vida para ganar la historia
la más bella leyenda que de amantes habló.

Y aquí, en Teruel, como en tiempos de juglares
valdrán alzar nuestras voces en un son
y desnudando nuestras almas a los hombres
recibiremos a las gentes en su honor.

Que suenen tambores, que dancen las flores
y alienten el sueño de quien tanto amó;
que miles de estrellas protejan su estela
y abriguen sus cuerpos como el corazón.
Que suenen tambores, que dancen las flores
alzando a los cielos su dulce ilusión;
que entre caballeros, brujas y hechiceros
hoy crece la magia, que en tiempos nació de
AMANTES.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta mucho está historia



Emily

Anónimo dijo...

me encanta



idrissa

Anónimo dijo...

La canciòn es muy bonita.

Kaddijatou,Djala y Dougoulou

Anónimo dijo...

Es muy interesante




Adrián y Miguel Ángel