La música transmite emociones y modifica nuestros estados de ánimo, y la relajación nos enseña a desarrollar la inteligencia emocional.
Escuchar música relajante, pues, nos ayuda en nuestro bienestar global.
Centra la atención en las distintas partes de tu cuerpo... dejando para el final la columna vertebral.
Después, piensa en la columna como si fuera una escalera que permite subir a las habitaciones más altas de tu cuerpo, o mucho más arriba, o mucho más... hasta el país de los vientos.
Allí puedes volar, recorrer caminos de aire y mirar con otra mirada las cosas. Desde allí puedes ver tu casa, verte a ti mismo, relajado; ver a tus amigos, a las personas que tú quieres, y puedes compartir ese momento con quien tú quieras. O contigo mismo.
(Utilizamos la bola de luces de colores que se proyectan en el techo)
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