"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro".
Así empieza el libro "Platero y yo", de Juan Ramón Jiménez.
Y así se inicia este blog, como la primera página de un libro que, esperemos, se llena de palabras hermosas.
16 de enero de 2014
Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas
La oruga no puede estar cuerda porque piensa que está loca y los cuerdos no mienten. Por lo tanto está loca. Si el lagarto también estuviera loco, la oruga pensaría lo que es cierto lo que se contradice con la definición de los locos que siempre creen lo que es falso.
Si la oruga está loca y miente, el lagarto debe estar cuerdo.
La oruga no puede estar cuerda porque piensa que está loca y los cuerdos no mienten. Por lo tanto está loca.
ResponderEliminarSi el lagarto también estuviera loco, la oruga pensaría lo que es cierto lo que se contradice con la definición de los locos que siempre creen lo que es falso.
Si la oruga está loca y miente, el lagarto debe estar cuerdo.
Pau Barber.
Yo creo que la oruga está loca y el lagarto está cuerdo.
ResponderEliminarVíctor A.
Muy bien los dos.
ResponderEliminarAbrazo.