9 de enero de 2017

Sobre el enfado

                                                   

Valores Sociales y Cívicos









Las cicatrices de los clavos


Esta es la historia de una muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar uno detrás de la puerta.
El primer día, el muchacho clavo 37 clavos. Durante los días que siguieron, a media que aprendía a controlar su temperamento, clavaba cada vez menos. Descubrió que era más fácil dominarse que clavar clavos detrás de la puerta.


Llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Su padre le sugirió que retirara los clavos por cada día que pudiera controlar su carácter.


Los días pasaron y pudo anunciarse a su padre que no quedaban clavos por retirar. El hombre lo tomó de la mano, lo llevó hasta la puerta y le dijo: “Has trabajado duro, hijo mío, pero mira los hoyos en la madera: nunca más será la misma. 

Cada vez que pierdes las paciencia, dejas cicatrices como las que aquí ves. Puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero las cicatrices perdurarán para siempre.



Actividad: 

-Cuándo me enfado.
-Qué cosas me saben mal de los demás.
-Qué cosas me saben mal de mí mismo.
-Cómo puedo gestionar esa emoción: la ira (el enfado).


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