9 de noviembre de 2009

Era un gato grande


Para cantar, una de gatos y ratones.


Era un gato grande
que hacía ro-ró,
muy acurrucado en su almohadón.
Cerraba los ojos, se hacía el dormido,
movía la cola con aire aburrido.

Era un ratoncito chiquito, chiquito,
que asomaba el morro por un agujerito
y daba un gritito antes de marcharse.

Salió de su escondite,
corrió por la alfombra
y miedo tenía
hasta de su sombra.

Pero al dar la vuelta
sintió un gran estruendo: ¡miau!
vio dos ojos grandes
de un gato tremendo.

Sintió un gran zarpazo
sobre su rabito
y se echó a correr
todo asustadito.

Y aquí acaba el cuento de mi ratoncito
que asomaba el morro por un agujerito.




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